
Vista del Monte Cantabria. Este cerro sirvió de lugar de asentamiento para un poblado celtíbero. La datación de la ocupación prerromana podrí
a remontarse, al menos, al siglo III a. C.
El Camino de Santigo se hace presente en la ciudad. Cada día, peregrinos de todo el mundo atraviesan sus calles desde hace diez siglos.

El Camino de Santigo se hace presente en la ciudad. Cada día, peregrinos de todo el mundo atraviesan sus calles desde hace diez siglos.
Puente Piedra uno de los símbolos de la ciudad y vía de entrada al Casco Antiguo para los peregrinos.
Contrapicado
de las torres de La Redonda, las populares “Gemelas”, desde la plaza del Mercado.
El primer asentamiento de Logroño tiene lugar en el S. IV en el monte de Cantabria, que domina la actual ciudad desde la margen izquierda del río. Recinto amurallado donde afloran los yacimientos del poblado celtíbero destruido por Leovigildo el año 575.

El primer asentamiento de Logroño tiene lugar en el S. IV en el monte de Cantabria, que domina la actual ciudad desde la margen izquierda del río. Recinto amurallado donde afloran los yacimientos del poblado celtíbero destruido por Leovigildo el año 575.

Varea, hoy barrio, fue otro de los primitivos asentamientos, puerto fluvial que marcaba el límite de la navegación por el Ebro de intensa actividad en época romana. La gran importancia de esta localidad estaba basada en la extraordinaria diferencia en seguridad, rapidez, economía y comodidad que suponía el transporte fluvial, hasta y desde el Mediterráneo, con respecto al transporte terrestre.
Es a partir del siglo VI cuando la ciudad se establece en territorio logroñés. Más adelante, en el siglo XI la capital riojana consolida su importancia mediante dos hechos importantes: el fuero de Alfonso VI y el desarrollo del Camino de Santiago.
Como zona fronteriza entre los reinos de Navarra y Castilla, Logroño fue siempre escenario de frecuentes guerras entre castellanos y navarros, de ahí su aspecto de fortaleza. El puente y las torres que defendían la ciudad son hoy en día los símbolos que representan a Logroño en su escudo.
Como zona fronteriza entre los reinos de Navarra y Castilla, Logroño fue siempre escenario de frecuentes guerras entre castellanos y navarros, de ahí su aspecto de fortaleza. El puente y las torres que defendían la ciudad son hoy en día los símbolos que representan a Logroño en su escudo.

A partir del siglo XVI esta historia de guerra continua se reduce, entrando la ciudad en una fase de prosperidad y pacífico desarrollo, no sin algún sobresalto como la invasión napoleónica o las Guerras Carlistas.
En los siglos siguientes la ciudad va desarrollando su comercio, la producción de vino, la pesca en el río, junto con una presencia importante de la iglesia y la milicia que ocupan un papel destacado en la vida urbana. Durante este período adquiere gran importancia la Plaza del Mercado, o Plaza de Herventía, lugar de encuentro para mercaderes y feriantes. Por este motivo, hoy en día esta plaza constituye uno de los puntos principales para la celebración de eventos de cultura y tiempo libre.
En los siglos siguientes la ciudad va desarrollando su comercio, la producción de vino, la pesca en el río, junto con una presencia importante de la iglesia y la milicia que ocupan un papel destacado en la vida urbana. Durante este período adquiere gran importancia la Plaza del Mercado, o Plaza de Herventía, lugar de encuentro para mercaderes y feriantes. Por este motivo, hoy en día esta plaza constituye uno de los puntos principales para la celebración de eventos de cultura y tiempo libre.
Es en el siglo XIX cuando Logroño comienza su expansión extramuros, lo que también significó la pérdida de muchos de sus conventos. El nuevo puente de hierro, la llegada del ferrocarril, la instalación de la fábrica de tabacos en el convento de La Merced, la creación del Instituto Sagasta o los progresos en la elaboración y comercialización del vino, marcarán el irreversible salto de la ciudad a la modernidad.
A partir de ese momento la ciudad se extiende hacia el sur buscando un espacio que el río le limita. Va surgiendo así el Logroño actual, de moderna traza y abundancia de zonas verdes. Una ciudad donde vivir es, sencillamente, encantador.
A partir de ese momento la ciudad se extiende hacia el sur buscando un espacio que el río le limita. Va surgiendo así el Logroño actual, de moderna traza y abundancia de zonas verdes. Una ciudad donde vivir es, sencillamente, encantador.

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